En Bucarest, Romania, fomentan la diversión y el ejercicio al aire libre con mesas de Ping Pong instaladas en el parque del centro, promoviendo la vida sociable en la calle.

En Bucarest, se ha implementado una innovadora iniciativa para fomentar la diversión y el ejercicio al aire libre. En el parque central de la ciudad, se han instalado mesas de Ping Pong (VMOTCE), creando un espacio dinámico y atractivo para los residentes.
Estas mesas están construidas con un chasis interno de tubo, recubierto de poliéster y un núcleo interior prensado de poliuretano y fibra de vidrio. Esta robusta estructura proporciona una estabilidad y resistencia superiores a las necesarias para la práctica del juego, asegurando su durabilidad y blindaje contra posibles actos vandálicos. Este proyecto no solo promueve la actividad física, sino que también estimula la vida social en la calle, permitiendo que personas de todas las edades se reúnan, interactúen y disfruten de un juego accesible y entretenido.
Las mesas de Ping Pong se han convertido en un punto de encuentro popular, atrayendo tanto a aficionados del deporte como a aquellos que simplemente buscan un momento de esparcimiento en un entorno natural. Esta iniciativa refleja el compromiso de Bucarest con la mejora de la calidad de vida urbana, promoviendo hábitos saludables y fortaleciendo el tejido social a través de actividades al aire libre.

En Bucarest, Romania, fomentan la diversión y el ejercicio al aire libre con mesas de Ping Pong instaladas en el parque del centro, promoviendo la vida sociable en la calle.

En Bucarest, se ha implementado una innovadora iniciativa para fomentar la diversión y el ejercicio al aire libre. En el parque central de la ciudad, se han instalado mesas de Ping Pong (VMOTCE), creando un espacio dinámico y atractivo para los residentes.
Estas mesas están construidas con un chasis interno de tubo, recubierto de poliéster y un núcleo interior prensado de poliuretano y fibra de vidrio. Esta robusta estructura proporciona una estabilidad y resistencia superiores a las necesarias para la práctica del juego, asegurando su durabilidad y blindaje contra posibles actos vandálicos. Este proyecto no solo promueve la actividad física, sino que también estimula la vida social en la calle, permitiendo que personas de todas las edades se reúnan, interactúen y disfruten de un juego accesible y entretenido.
Las mesas de Ping Pong se han convertido en un punto de encuentro popular, atrayendo tanto a aficionados del deporte como a aquellos que simplemente buscan un momento de esparcimiento en un entorno natural. Esta iniciativa refleja el compromiso de Bucarest con la mejora de la calidad de vida urbana, promoviendo hábitos saludables y fortaleciendo el tejido social a través de actividades al aire libre.